En 1967, un grupo de geólogos encontraron un diamante muy extraño en el cráter de un meteorito. Lo llamaron lonsdaleíta. Hoy, un equipo de investigadores de la Universidad de Australia ha logrado sintetizar este diamante hexagonal, y es tan duro que puede cortarlo prácticamente todo.
Los diamantes normales están compuestos de moléculas de carbono que se comprimen bajo altas presiones hasta formar una estructura cristalina cúbica.
La Lonsdaleíta, sin embargo, solo se forma bajo colisiones tan brutales como las que provoca un meteorito. Su estructura molecular no es cuadrada, sino hexagonal. Aunque no tienen valor para la joyería porque son sintéticos, tienen una cualidad que los hace extremadamente valiosos para la industria: son excepcionalmente duros. Jodie Bradby, del equipo que ha desarrollado el método, explica:
Estos nuevos diamantes nunca van acabar en un anillo de compromiso. Probablemente lo encuentres antes taladrando en una mina. Los diamantes siguen siendo los mejores amigos de un científico, y estos tienen el potencial de cortar cualquier supermaterial de forma rápida y fácil.
No es la primera vez que se logra sintetizar lonsdaleíta, pero el método usado por Bradby y su equipo reduce la temperatura necesaria para crear nanocristales de este material a solo 400 grados Celsius, lo que los hace especialmente útiles para aplicaciones industriales. La Lonsdaleíta, por cierto, debe su nombre a la mayor pionera de la cristalografía, la geológa Kathleen Lonsdale. [Scientific Reports vía Phys.org]
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