Ver a tu hijo ahogándose ante tus propios ojos tiene que ser una de las cosas más difíciles que le pueden pasar a un padre. El horror debe ser indescriptible al ver su pequeña carita, presa del pánico, plagada de desesperación, mientras los labios se van poniendo azules y se queda silenciosamente sin aire.
Justin Morrice, padre de Annabelle, de 10 meses de edad, y residentes en Saskatchewan, Canadá, ha escrito sobre una traumática experiencia en Facebook para advertir a otros padres.
El 21 de agosto de 2016, después de merendar decidió dar a Annabelle unos ganchitos de queso de una conocida marca. Luego se dio la vuelta para lavar el plato sucio de su hija, y 10 segundos más tarde, se sorprendió al ver a su bebé sin aire.
“Estaba tratando de llorar pero no le salía ningún sonido … La levanté, le di la vuelta y la golpeé de nuevo (como nos han enseñado) pero seguía sin escuchar nada. Le di la vuelta a sus labios y vi que se habían vuelto azules y todavía estaba tratando de llorar“, escribió Morrice en un post que desde entonces se ha hecho viral.
Después de unos cuantos intentos fallidos, Morrice entró en pánico y metió el dedo en la garganta de su bebé para desalojar el ganchito de queso. “Lo siguiente que oí fue el sonido más dulce del mundo… su llanto. Le di la vuelta otra vez y le di una palmada detrás y su llantó se hizo más fuerte. Fue el minuto más largo y más aterrador de mi vida“, dijo.
Morrice se quedó tranquilo al comprobar que Annabelle estaba bien, pero no pudo dejar de pensar en por qué había tenido tantas dificultades en comer esos ganchitos, cuando sólo hacía unos pocos días que se los había comido sin ningún problema.
“Después de revisar bien la lata, mi madre encontró una “advertencia” en letras minúsculas a un lado de la lata que decía que se tirase el contenido sobrante 5 días después de abrir la lata.“.
“Abrí una nueva lata y no podía creer la diferencia. Los ganchitos de la lata vieja eran como tapones de oídos. Si tratabas de aplastarlos lo único que hacían era estirarse, no se rompían. Los de la lata nueva se rompían con muchísima facilidad.
Esto no es para quejarme sobre esta marca concreta. Hay muchos productos que tienen etiquetas de advertencias para los padres, pero a menos que revises detenidamente el envase, no te das cuenta.”
La publicación de Justin Morrice se ha compartido más de 63.000 veces. Aunque este padre tuvo mucha suerte y pudo salvar la vida de su hija, no se recomienda introducir el dedo en la boca o la garganta de un bebé. Ya que esta acción puede hacer que la obstrucción se mueva hacia abajo y provocar una hinchazón y con ella una complicación mayor.
¿Os habéis dado cuenta de lo peligroso que pueden llegar a ser determinados alimentos para bebés? Haznos saber lo que piensas en los comentarios a continuación.
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